No había escapatoria, aunque afuera el sol
iluminara la tarde en el campito.
Yo podía bajar, fingir que jugaba
con mis nuevos vecinos
pero en realidad no había escapatoria.
Como cualquier hámster, estaba desesperado,
mis dedos ardían de tanto rasgar un vidrio
al que nada ni nadie parecía quebrarlo.
© Patricio Foglia
Impresionante!!! breve y profundo...causa un efecto tremendo.
ResponderEliminarGraciela Licciardi
Qué buenas imágenes para describir ese encierro interior! Saludos
ResponderEliminarfuerte... muy bueno!
ResponderEliminargracias por compartir!
norma starke
Hermoso poema, Patricio.
ResponderEliminarUn abrazo grande.
Bello y profundo poema !!!!!!
ResponderEliminarla síntesis con la descripción : rsgar el vidrio.
ResponderEliminarbuen poeta Patricio!!!
ResponderEliminarQue infancia y así dicen que feliz! Ju!
W.m.