A MAR ABIERTO
Llevo el escándalo de una tristeza de mamut adentro,
la boca enferma de putear poetas,
de blasfemar al cura con el sexo tullido y soportar el peso
de un cristo abandonado.
¿Qué palabra me aguarda cada noche?
El sibarita, el rengo de mirar tatuado,
los labios sin destino de la mujer quebrada,
el vagamundo de sueños retorcidos, el gesto sin piedad del
asesino.
Tengo el fracaso a flor de piel,
lo que antes era secreto hoy lo luzco en el pecho.
© Hugo Francisco Rivella
ResponderEliminarletras rojo fuego como vos, ardiendo en cada verso, encontrando las palabras para que el lector se sienta satisfecho, enajenado en tu fuerza poética.
Lily Chavez
Poema sobrio, conciso y profundo. Nocturno en su concistencia. Felicidades.
ResponderEliminarQué palabra te aguarda esta noche , seguramente todas , todas las palabras se vuelven poesía en tu mano . HERMOSO POEMA
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ResponderEliminardicen que hay poetas malditos y poetas malitos, bueno tú eres de los primeros, lo cual es fantástico, me gusta mucho ese ir contracorriente, ese estar del lado de lo inconveniente y lo desencantado, muy moderno este poema y fuerte!
W.M.