Empeñado en demostrar
el sabor febril de la ternura
se filtró tenaz en mis certezas
Como el fuego o un río
atravesó el aire
con girasoles abiertos en la sombra.
Y fue el pulso de una hoguera
lo que consumió lo inmaterial
lo sagrado.
Tan escéptica y pagana
tuve que admitir como verdadero
el respiro irracional de una boca.
Porque la sangre no corre
en un trayecto ciego
se detiene y estalla
en el punto exacto del incendio
© Cristina Gauta
Bienvenida Cristina a este sitio que pretende difundir a poetas contemporáneos, mes a mes serás publicada. Abz, Gus.
ResponderEliminarBienvenida con tus poemas amiga querida!
ResponderEliminarPrecioso e intenso poema. Bienvenida al sitio de la Poesía. Carmen.
ResponderEliminar¡Hermoso y sutil tu poema, Cristina!
ResponderEliminarFelicitaciones y un beso grande de bienvenida
María Rosa León
Bienvenida Cristina con este bello y sutil poema.
ResponderEliminarUn abrazo Ana Romano
SUCEPTIBLE EL ALMA SE ATRICHERA ! AFECTUOSAMENTE .
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ResponderEliminarsi, es un poema fuerte y contundente como una pedrada, me gustó su manera asertiva de decirse.
gracias
Walter
Qué belleza, Cristina, un placer leerte.
ResponderEliminarBienvenidas tus palabras a este sitio de Gus.
Un gran abrazo
Betty
Bienvenida Cris.
ResponderEliminarUna belleza esos girasoles abiertos en la sombra.
Te abrazo
claudia