RITUAL GOZOSO
DEL EMIGRADO
a Bell Ville, mi ciudad natal.
Un tobogán luminoso
me está esperando en la esquina,
para deslizarme lento
sin relojes ni partidas.
El aire condensa el cielo,
un escalón y de a dos,
otro escalón y de a tres,
aspiro el aire en el último
-todo el cielo en los pulmones-
y me lanzo despacito
-todo el mundo en las retinas-
a la aventura blanca
de conversar con los tiempos
de aquel mismo pueblo de siempre.
El tobogán luminoso
juega conmigo en la esquina.
Quiero deslizarme lento
sin relojes ni partidas.
© Cecilia Glanzmann
ResponderEliminarA ESO SE LLAMA EL JÚBILO DE VOLVER Y QUE GRACIA EN EL DECIR Y EL LANZARSE POR EL TOBOGAN DE LAS PALABRAS A RECUPERAR ESA EMOCIÓN
MUY BIEN
w.M.
Tengo antiguoa y lindos recuerdos de Bell Ville y este poema se enredó en mis sentimientos, lo agradezco, es hermoso.
ResponderEliminarBetty
Nuestro lugar en el mundo en nuestros ojos.
ResponderEliminarMuy bello. Un abrazo Graciela Barbero