EL PATIO DE MI INFANCIA
a Hilda y la Maña
En el patio, el otoño ha besado a mi infancia;
si atardece, no es tiempo de dormir
porque hay entre los muros fantasmas y sonidos que fueron de
la lluvia y ahora son de la muerte.
No habré de recordarme subido a los naranjos
ni rayando en la tierra un columpio de soles;
no puedo demorarme en la nieve que baja de los ojos de mi
madre;
ella puede tocarme con su largo silencio,
amasar otra vez muñecos de melaza
y tararear mi nombre con su voz despintada.
© Hugo Francisco Rivella
ResponderEliminarUn manojo de ternura Hugo.
Hugo . las imagenes ... brotdas .. desde el AYER ..HOY TOMARON VUELO .BELLO POEMA
ResponderEliminarHugo, hermoso poema! Lindas imágenes, colmadas de nostalgia, con tanto amarillo dando vuelta, tanto sol y otoño no deja paso a la tristeza, es pura ternura. "tararear mi nombre con su voz despintada" muy lindo!
ResponderEliminarUn abrazo!