Me envuelve una sombra gigante
con el rigor de la piedra
entre las manos.
Heridas surcan el cuerpo ultrajado
y la carne se enluta de deseos.
La piel marca huellas
en el calor del desierto.
Brillan los huesos
bajo las alas del cuervo.
© Griselda Rulfo
Esparado de vos, este poema es un grito, un gemido, una dardo al corazón
ResponderEliminarSusana Giraudo
Griselda; me envuelvo en tu suspenso, revuelo, sueño, aparto las piedras, y duermo. Besos.Marta.
ResponderEliminarGriselda:
ResponderEliminarUn poema con muy buenas imágenes. Fuerte como tu lenguaje y con un buen final "Brillan los huesos/ bajo las alas del cuervo" Gracias por compartirlo. Abrazos
uuuuuffffffffff
ResponderEliminarme duele a mi!!
abrazo
Amiga decir con
ResponderEliminarFuerza es maravilloso!
Amiga decir con
ResponderEliminarFuerza es maravilloso!
Fuerte y claro
ResponderEliminarBuen poema, con un verso final que sorprende:
ResponderEliminarBrillan los huesos/ Bajo las alas del cuervo.
Un cariño Ana Romano.
tan vos. tan vos. tan vos. susana zazzetti.
ResponderEliminarCuánto dolor esculpido en los huesos de la poesía.
ResponderEliminarTe abrazo.
claudia tejeda
Me estremeció tu poema Griselda.
ResponderEliminarPoema profundo, lacerante, lleno de dolor, llega al corazón
ResponderEliminarGraciela Licciardi
Buenísimo, Griselda. Yo sabía que aquellas piedras las ibas a utilizar. Poema crudo, es decir, cruel. Puro equilibrio en el tono desamparado del desierto. Un gran beso Isabel Llorca Bosco
ResponderEliminarun poema contundente ..con el rigor de la piedra Bello Gris Un abrazo
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