Si te hablo del mar:
se me cubrirían los labios
de pálidas resonancias;
de cetrinos cormoranes, de pensativa muchacha
y de una morena potestad que establece su principio o su
contexto.
Si algún día regreso
(translúcido o reconciliado) al breve exilio
de tus umbrales. Te volvería a hablar del mar.
Porque tu no conoces sus regiones de círculos concéntricos,
su diálogo de aguamarina, de haiku o de lapisázuli.
Sus signos de vidrio
o su sempiterna nostalgia de puertos ignorados.
Tendríamos
tiempo de aclarar
cierto devenir… ahora que tu ausencia
es un absurdo brindis
de cointreau y de Septiembre.
Y un resumidero de algas y madejas
trepa por mi espalda para reclamar las islas insurgentes
que desheredó el útero crucial de la noche.
Te
nombro el mar porque las esfinges
de tu voz huyeron con las garzas del crepúsculo.
Acaso; porque abandoné la ciudad
(aún mojado con solo mi único afán
de transeúnte), cuando ya el alba
avanzaba de puntillas por los mercados
y ojos soñolientos llenaban los primeros bares.
Crucé
vírgenes recodos. Altos pinares.
Campos vencidos de juncos y calandrias.
… No volveré a la ciudad:
ahora que una arrogancia de anís
apuñaló mi espalda para robar
la transparencia verde de tus gestos.
No, no volveré: ahora que los árboles
difieren sus vocablos, resisten las últimas heladas,
y oscuros mercenarios llegados desde la otra ciudadela
saquean los templos y reinciden
en sus turbios negocios
de vasallaje y despropósito.
Me quedaré dormido en la orilla
y esperaré otra vez a las gaviotas.
Para volver a oír sus hermosas historias
de ese lugar donde tú
nunca has regresado.
© Jorge Moreno de los Santos
realmente, jorge, una descripción melancólica, apasionada y fuerte del mar, donde la variedad de imágenes envuelve como una ola. precioso poema. susana zazzetti.
ResponderEliminar...ahora que una arrogancia de anís apuñaló mi espalda para robar la transparencia verde de tus gestos...
ResponderEliminarHermosas expresiones que se ubican en la melancolía exactamente..Me gustó.
Bellas imágenes, se necesitaba la inmensidad del mas para transmitir recuerdos y ausencias, me llegó hondamente.
ResponderEliminarTe mando un gran abrazo
betty badaui
Muy hermoso tu poema Jorge!
ResponderEliminarHondo, tenaz en su belleza, como el mar resonándonos siempre...en su afán de vida , de diálogo con las gaviotas , de orillas que nos esperan...
Un abrazo
Tremendo poema con imágenes notables! Se pueden encontrar diversos sentidos.
ResponderEliminarMe encanta este fragmento:
"No, no volveré: ahora que los árboles
difieren sus vocablos, resisten las últimas heladas,
y oscuros mercenarios llegados desde la otra ciudadela
saquean los templos y reinciden
en sus turbios negocios
de vasallaje y despropósito.
Me quedaré dormido en la orilla
y esperaré otra vez a las gaviotas."
Abrazo!