TREINTA Y NUEVE GRADOS
La gripe trae
oleadas de fiebre .
La lámpara se llena de bruma.
Solo se escuchan
los ruidos en la caldera,
allí abajo.
Todo es dentro,
flotación,
extrañamiento.
El cuadro se agrava
y mucho
si el paciente
padece de poesía.
Si fue colonizado por ella
y le entregó
hace tiempo
mansamente
una a una
todas sus fronteras.
En esos días
su exilio del mundo
en el mundo
se ensancha.
Es casi como un mar.
© Jorge L. Carranza
Cuánta belleza trajo esa gripe!!
ResponderEliminar
ResponderEliminarJorge, qué decir, sos un poeta que admiro y tu poesía es un colibrí recorriendo las flores del adentro. Feliz 2017
Lily Chavez
Contágieme esa gripe!
ResponderEliminarHermosos esos 39 grados sanadores.
Un abrazo.
Un placer leerte siempre.
claudia tejeda
Qué interesante modo de expresar la captura que produce la poesía!Entregarle mansamente nuestras fronteras. Afortunadamente de ese mar se puede volver al mundo para decir bellamente qué nos sucede en ese exilio.
ResponderEliminarMe gustó mucho!
Un abrazo
Amalia Zacoutegui
Muy bello Jorge, gracias por compartirlo! MARÍA CRISTINA DI LERNIA
ResponderEliminarGracias por sus palabras poetas. En esta vida paralela al mundo que vivimos los que hemos sido tomados por la poesía, las palabras de otros poetas ayudan a seguir. Un abrazo.
ResponderEliminar