Fábula
La otra mejilla, madre
esta cara enrojecida
de económica virtud
catequesis de la indefensa
de la crédula de reyes y zapatos
huérfana de guisantes
mágicos
para subir a los tesoros de tus cuentos
entre ogros no mencionados.
Tuve que aprender a matar mariposas por correo
en un curso de
crueldad.
© Claudia Tejeda
Espléndido, Claudia, y profundo, como todo lo que escribís. Un abrazo. Adriana Maggio (Dirbi)
ResponderEliminarBello, muy bello Clau !!
ResponderEliminarSiempre "ternura". Esa que te habita. Que es tu esencia.
ResponderEliminarcon la intensidad que nos acompaña y la ternura que a mi no me es fácil. Una belleza. Griselda Rulfo
ResponderEliminarUna mirada no convencional sobre el mundo de la infancia. Muchas gracias, Claudia!!
ResponderEliminarRaquel Jaduszliwer
tan raspando lo de adentro, tan dolor suavizado con ternura, tan poeta!! brillante tu manera de conmover cada rincón del cuerpo, claudia, brillante! susana zazzetti.
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