Poema de Alicia Márquez

El cerebro del corazón

Se descubrió que el corazón, tan vapuleado,

tan usado, tan salvaje, tan bello,

tan pasional, tiene cerebro.

Un cerebro inteligente,

lleno de circuitos que lo hacen

tomar decisiones independientemente

del cerebro que vive en la azotea.

El corazón, loco e inteligente,

loco y enamoradizo,

loco y sentimental,

arrastra con sus decisiones

al cerebro. Al otro cerebro. Al que está arriba.

Y también dicen que el amor del corazón

no es un estado emocional,

sino un estado de conciencia inteligente.

Habrá que aprender, entonces

a escuchar al corazón, cada vez más.

A que nos diga, desde esa profunda

cueva roja en la que habita,

que está bien todo lo que sentimos,

que sigamos dándole crédito a la intuición

y que cuando no sepamos qué hacer

nos indique qué camino tomar.

Los poetas, por suerte, estamos salvados.

Y los músicos.

Y los pintores.

Y los actores

Y todos los que usan el maravilloso y sensible

cerebro del corazón, desde hace siglos.

© Alicia Márquez