Hora 2
por esa casa no se filtran las luces y todo sucede sin
indicios. Las canaletas atascadas desatan el desastre en las noches de tormenta.
Mil hojas resecas llueven del cielorraso y cubren las camas y las mesas. Así
vive esa casa, peligrosamente, a mitad
del océano.
© Mónica Cazón
ResponderEliminarExcelente, Mónica.
Un abrazo,
Alicia Márquez
No hay mayor desamparo que estar en medio del océano.
ResponderEliminarMónica, me encanta este poema.
ResponderEliminarUn abrazo!!
MÓNICA, UN POEMA QUE"TAPA LOS INDICIOS" Y CONSIGUE TENEBROSA BELLEZA. Un gran beso Isabel Llorca bosco
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