Abuela
Abuela no fue a la escuela
firmaba con el dedo pulgar
no sabía leer
pero sabía descifrar las crepitaciones de las hojas de otoño
arremolinadas por el viento
conocía el lenguaje de la lluvia en los tejados
traducía el trino del pájaro en el árbol
conocía el momento exacto de las zanahorias
que ocultas en la tierra pujaban para alcanzar
mi boca de niña consentida
hablaba con las plantas hortalizas y flores
conocía el tiempo justo de la siembra
del trasplante de los frutos la cosecha.
© Margarita Drago
Así eran las abuelas, sabiduría sin retoques.
ResponderEliminarAbrazo
Elisabet
me deja un aire trasplantado de ternura. bello. susana zazzetti.
ResponderEliminarSabiduría y sencillez tan bien expresadas,muy real.Hermoso.
ResponderEliminarSaludos
Anahí Duzevich Bezoz
Bella evocación, lo de siempre pero nuevo, los ciclos...me gustó.
ResponderEliminarClaudio Simiz
bello, cálido, destaca o importante, lo que no debería perderse, sabiduría y amor en esa abuela
ResponderEliminarHermoso poema, rico como la tierra que nos nutre, como sus frutos...
ResponderEliminarUn abrazo Margarita