En la hora fijada
Nada será igual, aunque empeñes,
desdoblar distancias. Allí, un mundo desconoce mi
sendero y mis pasos dados. En el quehacer cotidiano
de las voces nuevas, sorprenden. Sus faroles encienden,
desterrando luciérnagas nocturnas. Miro el reloj , me cuesta
creer tanto,
en lo pasado,en los segundos, donde
cuentas la hora señalada, donde el signo negativo,
nada cambia lo que suma. Todo será como siempre
y cumple en la hora fijada. En la mañana se desnuda el día,
con su música alegórica. roza mis oídos como una llovizna,
el jacarandá se desnuda, y su piel azul-violeta se derrama,
como una última aventura. No quieras evitarlo,
aunque sientas caer el sol,
por tu ventana,déjame sentirte,
déjame entender, esas ganas aún,
de ser niño.
No vale la pena salir corriendo,
fundando amor a las campanas. Para pronunciar tu nombre,
sin elegir qué hacer, no te quedes sufriendo insatisfecho,
si puedes
evitarlo, bella es la aventura. No quedes al borde del
camino,
sin dudas amor eres necesario.
© Lidia Cristina Carrizo
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