CÁRMENES
Muestro
las rodillas magulladas como las de una nena,
los ojos en otro horizonte.
Roja, casi sin respirar.
Y un fauno viene a mí
y el grito no me sale
y al final soy huida.
Sigo el salto de la fuente,
“la Argentinita” que canta y desborda.
Dan ganas de beber sin tasa.
La hojarasca se abre,
entro y me escondo.
Casi no hay lugar para el miedo,
aunque sigo oyendo la siringa, el pífano.
Me enseñaron que es pagana esta música,
que la tocan aedas, semidioses y hasta dioses
que toman a las ninfas por asalto.
Y que les tengo que temer.
Mejor pensar en los cantares
que compusiste para mí
y oigo de lejos.
Entro en la bruma de calor
y no me hastía.
Mis padres debieron hacerme
en un carmen, a la hora de la siesta.
Si carmen quiere decir “jardín”
también en latín es “poema”
y así me llaman.
Aparezco.
La realidad emerge y no me rompe.
Soy un verdadero fantasma
que tiene derecho a fantasear,
que quiere introducirse
en la caja de tu fantasía
como si fuera una caja negra
o una caja de música.
Aparezco.
Las hojas son hojas
y miran como tus ojos,
las letras son la sombra de tu triste sonrisa,
tu pelo está velado por sombra.
Quisiera que también pudieras leerme,
pero es mucho pedir,
solo fantasearme
como a una habitante del misterio.
El poema y el jardín son la frescura,
hálito fragante, marino, después cármenes
que sueñan con las olas mauritanas.“Gran río”,
que entra en árabe en nuestra lengua
como “Guadalquivir” y en multitud de voces.
Aquí me adormezco, en un diván de pájaros
entre almohadones del rocío último,
detrás de los blancos muros al sol
de alguna casa pobre y vieja,
en un carmen granadino,
umbrío como la paz.
Un jardín junto al desierto de la calle,
de mi vida y la tuya.
Toco la orografía de la luz
y arde con la sed de la arena
y parece disolverse bajo mis dedos
como si acariciara un teclado.
Entro temerosa
y el jardín va tendiéndome
sus surtidores de agua fría,
sus esculturas con verdín.
Se oye un piano desde la puerta entornada.
El carmen moja y escribe otro carmen y otro.
Me he corrido de las paredes
que enceguecen de blancas y de solas.
Fantasmático mediodía.
La sexta, hora de brujas.
Hora del amor que invade
desde la oculta raíz,
desde los diez dedos aferrados
a la tierra, como el laurel, como la misma Dafne,
temerosa de abrasarse en los brazos del Sol.
Porque también lo griego
entra en nuestra lengua como una enredadera,
desde las raíces, desde los tobillos
que pareciera van a quebrarse
como los miembros de la que los levanta y baila.
Y esas muñecas de mujer
finas y fuertes,
capaces de desarmar el mundo
y levantarlo de nuevo
con tres notas de música.
Jardín gitano.
Por la puerta, sale el músico
coronado por poetas jóvenes.
Oigo el amor que me embruja.
Y un poeta, descubridor de Góngora,
me descubre y arroja (a la fuente
donde se graba mi reflejo )
estos versos del genio cordobés:
—Vos sois “…el más
bello grano,
si no el más dulce rubí…”
El carmen se vuelve granate como un ocaso.
Y me ato los tres ríos andaluces
(Guadalquivir, Genil y Dauro)
como cintitas para poder mirar el mar,
pues soy toda cabellos y lianas.
De nuevo amarrada
al navío del recuerdo
en ese mar que conserva la sal
más que las hembras.
—Sois vos “el más bello grano
si no el más dulce rubí
de la Granada a quien lame
sus cáscaras el Genil”.
Y el río suena a campana,
sus guijas, a
cristal.
Ni me muestro ni soy
una aparecida.
Mejor desaparecer, no
estar en el blanco.
Me basta llevar
clavado
el puñal de un amor
para el olvido.
Huyo, no cautiven mi
reflejo
con instrumentos de
Eros,
no sea que me hieran
una vez otra vez.
© Isabel Llorca Bosco
Imagen enviada por la autora del poema
Como siempre, admirable viaje por paisajes más allá del tiempo... y siempre cerca del cuore, gracias.
ResponderEliminarClaudio Simiz
Me encantò Isabel, què poema!!!!!!!
ResponderEliminarRecursos expresivos, un idioma que no es el del cotidiano, metáforas singulares constituyen un todo diferente, una producción especialísima que se destaca y revela un mundo poblado por personajes , fenómenos e historias que la poeta saca de una caja inogotable, única, como la de Pandora, que alienta a ser develada y descubierta,
ResponderEliminarnada... alucinado y fascinado!!! maravilloso poema que me fue enredando y tragando en su trama!!! una verdadera exquisitez!!! gracias por tanto y compartirlo, fracisco
ResponderEliminarBellísimas imágenes, para crear un mundo poético que bebe en fuentes diversas y cristalinas. Hermoso y diferente. Gracias. Un abrazo. Adriana Maggio
ResponderEliminarHermoso poema, además "al final soy huida".
ResponderEliminarBesos
Querida Isabel,
ResponderEliminarMaravilloso el nombre del poema. Es uno de los más bellos que has escrito. Los versos del fauno y el grito sin salida “y al final soy huida” me estremecieron. Lo mismo que la fuente, ‘“la Argentinita” que canta y desborda’. Todos los versos salen en torrente y no hay tiempo cronológico que lo abarque. Creo que sólo está tu tiempo y tu fantasía hecha letra; para mí estos versos son “una caja de música”. Te has atado los tres ríos andaluces para mirar al mar y al jardín y crear poesía (carmen del recuerdo). Has conservado la sal de los nombres. Y el verso de la penúltima estrofa “y el río suena a campana, / sus guijas, a cristal” se instala en mí junto al río de tu poesía, como carmen. Uno de tus mejores y más encendidos poemas, querida amiga.
Estela
Hermoso poema, Isabel!!!!
ResponderEliminarImpecable y tremendo poema, Isabel!
ResponderEliminarEmociona leerte!
Cariños.
Aly Corrado Mélin
QUERIDA ISA NO PUEDO DEJAR DE LEER TU POEMA DE TAN BELLO QUE ES "estoy embrujada por las letras" un abracito galego para vos Milagros Rodrígguez
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