UN HOMBRE DE BOEDO
A A.J. Castelpoggi
El sentir profundo del poeta,
la levedad de la palabra
en las voces de sus personajes,
resuenan ahora en los rincones de la sala
en las metáforas y en los versos
que vertíamos en un cántaro
de viento, agua
sangre y duende
El hombre con sombrero gris
guardaba en el paso lento de su melancolía
una brisa de vagabundeo y esperanza
¿Qué pájaro anidaba en su pecho?
¿Qué dulce pájaro despertaba su voz?
Se escucha
en una esquina de Boedo
toda la historia
de alimento de poesía y soledad
y estaciones de tango
y madreselvas en los patios
de esta ciudad de bares
noche y refugio
Me pregunto
por qué caminos lo convocó la luna
a él
al poeta
al hombre de sombrero gris
Su silueta larga
permanece
en la magia de las calles de Boedo
donde una cuerda azul
suena cada día de lluvia y en su canto
nos devuelve el recuerdo
de su pasión
por la
ciudad y su gente
© Gloria Oscares
Un poema-homenaje muy bello.
ResponderEliminarAbrazo
Elisabet
¡Gloria!¡Qué lindo que recordaste a Atilio!
ResponderEliminarTuve el enorme gusto de tratarlo. Gracias. Mil gracias!
Muy bueno....llega.
ResponderEliminarbellisimo poema para un hombre que dio humildemente y dejo un gran legado poetico, que el tiempo sepa ubicarlo donde merece realmente, te quiero Atilio donde quiera que estes, gracias Gloria por tu himenaje
ResponderEliminarPatricia Corrales