Vuelo nocturno / Arte poética 1
Esa luz que se apaga
no es un imperio
ni una luciérnaga.
Antoine lo sabía, lo supo volando sobre la Patagonia.
Esa luz que se apaga es una casa que cesa de hacer su ademán
al resto del mundo,
una mansión
—una humilde mansión si cosa cabe: todas las casas del
hombre
son una mansión, todas las mansiones del hombre una cabaña—
una mansión, decía Antoine, que se cierra sobre su amor. O
sobre su tedio.
Una luz vacilante a la que
—frío al calor—
unos labriegos reunidos
se aferran
náufragos que balancean un fósforo
ante la inmensidad
desde una isla desierta.
© Gabriel Chávez Casazola
Feliz de leerte Gustavo, Bello tu poema
ResponderEliminarDiana Rios.
Qué gran poema!! Intenso.
ResponderEliminarAbrazo
Elisabet
Hermoso poema inspirado por ese intrépido aviador de metáforas
ResponderEliminarCuánto disfruté tu poema Gabriel, excelente!
ResponderEliminar¡Hermoso poema, intenso, profundo! Me encantó.
ResponderEliminar