las dos guitarras
le hablan un tango
en arpegios latosos
y corridas de bordonas
la mujer de negro
responde en canción
ese diálogo privado
del que público y vino
dicen saben creen
por sus propios dolores
sólo escuchan signados
en contrapunto y humos
la voz abatida y las violas
en su mágico coloquio
de curvas oquedades
donde no hubo
ni habrá
justicia
sólo amores desesperados
© Carlos Morteo
La noche, las violas, la desesperación, muy bueno Carlos!
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