FARO
La luz del día deja ver la línea exacta del horizonte,
Ese horizonte que está empezando a incendiarse como yo.
Después de una noche de tormenta, salgo al campo
y el pasto mojado, se empeña en mojar mis pies.
No llueve, no hay cantos de pájaros madrugadores
Pero estoy sintiendo un escalofrío que me cala los huesos.
Tengo todo el tiempo del mundo para mí,
podría regalarlo porque realmente no sé que hacer con él.
En la oscuridad las horas, transitan lentas,
como dándole un significado especial a mi soledad.
Alguien me dijo una vez, que el alba se lleva los fantasmas,
yo, a los míos los tengo tatuados en la piel.
No son buenos ni malos, son sólo eso, fantasmas
y como a tales tengo que tratarlos.
Con el paso de las horas, se divierten conmigo, bailan,
cantan
y hasta recitan viejos poemas olvidados.
Mis viejos poemas…
aquellos que recitaba para leérselos a tu oreja escuchadora
y pensar que te gustaban.
Siempre como temática imprescindible el amor,
ese amor inolvidable que aún hoy después de tu vida sigo
teniéndote.
Recojo de la tierra, un azahar del limonero que se perdió en
la vorágine del agua cielo.
La huelo, la pongo en mi boca, la mastico,
su aroma y su sabor son míos, tan míos como tu recuerdo.
Uno de mis fantasmas, me sigue callado, volando muy despacio
a mi lado.
Otro me alisa el pelo, me peina suave, pacientemente, con un
brillante peine de escarcha.
El último, me toma de la mano y me lleva hacia tu luz.
No me enojo con ellos, porque acabo de comprender que si yo
estoy aquí,
es porque vos todavía no abandonaste mi vuelo, no
emprendiste el tuyo y nunca dejaste de darme tus caricias.
Ahora siento que es tu luz la que me guía como un faro en la
tormenta.
© ALICIA CORA FERNÁNDEZ
Imagen enviada por la autora del poema
LA AUSENCIA Y SU RECUERDO, FANTASMAS BENÉVOLOS.
ResponderEliminarAbrazo
Elisabet
ResponderEliminarCuántas cosas te acompañan Alicora, los recuerdos se hacen presente y son mano, rostro, presencia...
ahora siento que es tu luz la que me guía como un faro en la tormenta.
Hermoso
Cariños
Lily Chavez
Hola amiga mía, leo tu poema una y otra vez y te veo reflejada en él. Son palabras hilvanadas desde un punto de tu alma al que sólo aquél que te quiso y no está, puede acceder. Hermoso trabajo, besos Eduardo Calabrese.
ResponderEliminardelicioso, del primero al último de sus versos! maravilloso poema!!! gracias por compartirlo, francisco
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ResponderEliminarTemática parecida, la tuya y la mía.
¡Cuánta tristeza junta!
Un abrazo grande.
Alicia Márquez