¿Cómo escribir también
este abandono? Esta herrumbre de dioses desterrados y este altar enmohecido que
espera desde siempre.
Avanza un viento
por las oquedades de la fronda, arrastra un derrumbar de fin de mundo, un
atronar estridente y después tantas hojarasca gris, tanto polvo dorado y
mariposas que viene a morir en la vertiente. Es esta soledad tan dulce, tan
genuina, que hace llorar a los pájaros del cielo. Nidos de estorninos cuelgan
zarandeados por el aire. Como rayos negros cruzan las ruinas anunciando el relámpago
y el rodar del viento entre las piedras.
© Graciela Perosio
delicioso poema, sólo placer leerlo! gracias por compartirlo, francisco
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