1/11/16

Poema de Pablo Del Corro




CORDELES ENCERADOS

A dos por par había
en mi casa 
más de veinte zapatos
siempre
y a pocas cuadras
un taller, un banquito y un tarro con fana
Un hombre enfermo el zapatero
enseñaba
el arte de coser y la paciencia
al niño que seguía las agujas en silencio
Era el asma
no el pegamento
lo que nos cerraba el pecho
Una a una son recuerdo
las puntadas y la tos
Las manos que al final
suturaban con dos vueltas
las salidas al dolor 
Una doble hilera
de cordeles encerados
Ajusto el nudo
alguien tose en un extremo de la casa
Hay cosas que un niño nunca olvida
Cierro el pecho y aguanto
Aguanto.


© Pablo Del Corro

12 comentarios:

Blogger Elisabet Cincotta ha dicho...

Fui con la memoria al taller de mi abuelo zapatero, no se olvida.
Abrazo
Elisabet

1 de noviembre de 2016, 14:01  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Fantástico. Las palabras llegan al corazón. Griselda Rulfo

1 de noviembre de 2016, 16:18  
Anonymous Anónimo ha dicho...

veo esa imagen. poeta.
susana zazzetti

1 de noviembre de 2016, 19:55  
Blogger Isabel ha dicho...

Escritura perfecta y dolorida que produce múltiples sensaciones y una emoción muy honda. Un abrazo Isabel LLorca Bosco

2 de noviembre de 2016, 18:58  
Anonymous Anónimo ha dicho...



Al leerte, se me cerró el pecho a mí también, pasajera dolorida de tantas noches insomnes en mi infancia. Este poema, además, tiene olor a cera. Bellísimo.

Abrazo,

Alicia Márquez

3 de noviembre de 2016, 10:31  
Blogger Adriana ha dicho...

Excelente texto. Emociona, hiere, estremece, eleva a jerarquía estética el dolor que no se olvida. Un abrazo. Adriana Maggio

4 de noviembre de 2016, 23:54  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Sentido el poema, Me recordó los tiempos donde los zapateros eran admirados,
Abrazos. Diana Rios

5 de noviembre de 2016, 18:05  
Blogger Jorge Luis Carranza ha dicho...

"alguien tose al fondo de la casa". Todo está siendo aquí y ahora poeta. El fueguito del recuerdo que nunca se apaga llegó hasta aquí. Ud. lo cuidó y lo dijo muy bien.

6 de noviembre de 2016, 9:28  
Blogger Nerina Thomas ha dicho...

Muy profundo Pablo.
Muy.
Cariños

6 de noviembre de 2016, 13:01  
Anonymous Anónimo ha dicho...

tan vital el poema, todos los sentidos se pliegan a tus palabras, se dejan llevar hasta ese taller, duelen las agujas, el pegamento, la tos. Uno ajusta los cordones del pecho donde el niño aguanta. Eso hace tu poesía.
No cualquiera llega así.

Abrazo
claudia tejeda

7 de noviembre de 2016, 10:53  
Blogger Rolando Revagliatti ha dicho...

Tiene, sí, como a los compañeros que me precedieron, Pablo, su poema, llegada en mí.


Rolando

*

8 de noviembre de 2016, 9:04  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Bellísimo poema Pablo. Abrazo.

Tana Pasquini

14 de noviembre de 2016, 10:33  

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio