LA DUDA
Que vuelva. Ceremonial.
Muda como una diosa
un dolmen
un sapo
una botella.
Cadenciosa, sabia y disidente que regrese
cuando cante el gallo azul o resucite
la boca luminosa del lucero
a congregar innumerables puertas,
sendas que de otro modo no estarían
a la altura del hombre y del instinto.
Que sea el revés de un movimiento
una mano expulsada de su hábito
una contractura del alma
un mensajero convicto en el recuerdo.
Que aparezca en la torre del perfil de una cebolla
en la voz de hombre lánguido de enfrente
al volver una página.
Es necesario que vuelva
y que el acero sea vulnerable
y la lengua sigilosa como una navaja
y alguien sobrehumano sobrevuele las calles
y no sea ilusionista, ni pecador, ni loco.-
© María Cristina Di Lernia
Maravilloso.
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