Donde el poeta, investido como un personaje de Kozinski,
conversa con su hija
Para Clara
Y si de pronto un rayo o un camión se abaten
sobre la palma erguida,
sobre su razón llena de pájaros
y mediodías
si la malaventura hiere su frente de luz
y la desguaza
y convierte en escombros su razón
y su alegría
que era también la nuestra
no te dejes llevar por la tristeza,
hija,
recuerda que detrás de los escombros
siempre quedan semillas
y que algún día,
pronto,
después del rayo y la malaventura
se abrirá la luz
cantarán los pájaros
y nuestra calle y todas las calles del mundo
donde alguna vez hubo palmeras abatidas
se llenarán de felices jardineros
que peinarán
los nuevos brotes
y regarán los mediodías.
Te lo prometo, hija:
la mañana se llenará de jardineros.
© Gabriel Chávez Casazola
Me emocionó mucho tu poema.
ResponderEliminarAbrazo
Elisabet
Bellísimo poema. Me encantó. Marta Comelli
ResponderEliminarEs un poema muy bello y enternecedor
ResponderEliminar"todas las calles del mundo se llenarán de jardineros", maravillosa imagen.
Maravillosas palabras para una hija.
ResponderEliminarBello poema, gracias!!
ResponderEliminarHERMOSO TU POEMA!!!
ResponderEliminarBello poema
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