SAETA AL POETA
…pero que todos sepan que no he muerto;
que hay un establo de oro en mis labios;
que soy el pequeño amigo del viento Oeste;
que soy la sombra inmensa de mis lágrimas…
FEDERICO GARCÍA LORCA
Flamenco sobre la luna.
Manos crispadas en queja infinita.
La voz del Cante Jondo suena más que nunca a llanto.
Rostro enjuto y gris de dolor.
El cuerpo arqueado en reverencia póstuma
señala en Granada el lugar.
Ya no hay Bodas, sólo se confirma la sangre.
La casa de Bernarda Alba está cargada de silencio
y tiene siete candados en su puerta.
Perdió su rebeldía y está llorando La zapatera prodigiosa
y Doña Rosita siente que esta vez su soledad es definitiva.
Queda sobre la Yerma tierra española
dibujado en una Barraca
algo que no pudieron borrar las balas:
el eterno rastro de su hijo Federico.
© ALICIA CORA FERNÁNDEZ
Imagen enviada por la autora
Me encantó tu poema-homenaje.
ResponderEliminarAbrazo
Elisabet
Excelente homenaje a un grande de las letras.
ResponderEliminarSaludos
Anahí Duzevich Bezoz
Exquisito homenaje.
ResponderEliminarme gustó mucho Alicia!!
Un hermoso poema para un hermoso ser humano. Gracias, beso de Eduardo Calabrese.
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ResponderEliminarBellísimo homenaje para mi poeta preferido.
Abrazo grande.
Alicia Márquez
Estuve en Granada y respire a Federico, es una ciudad hipnótica y todo, por lo menos a mí, me lo recordaba a cada paso. Un bello homenaje a tanto genio, gracias por recordarlo. Abrazos de tu amigo Eduardo Balestrini.
ResponderEliminarEstoy en la costa y nada mejor que leer algo que homenajea a Federico García Lorca. Cuánto amor en tus versos y cuánta admiración. Estoy segura de que al escribirlos tu corazón estaba en Granada, tratando de encontrar en sus calles su sombra. Felicitaciones poeta, beso de Haydeé M. Catalani.
ResponderEliminarBello homenaje al poeta, lo disfruté. Abrazos.
ResponderEliminarRosa Lía