En un giroscopio se inventan las melodías.
Noches antiguas desde el primer e ínfimo signo de vida
andará la cintura de las magnolias dando tumbos sobre el paño humedecido del
adiós.
Cuanto he llorado sobre las ventanillas del tren. Cuantos
rieles se quebraron a mi paso.
Cuantas estaciones fueron incendiadas por mi dolor.
Ya no contaré los metros,
dejo un centímetro a estrenar en
tu puerta.
Me miro en la luz del tiempo y soy un anciano niño que vuela
sobre las manos.
© Víctor Hugo Valledor
Foto: Gustavo Tisocco
"Ya no contaré los metros..."
ResponderEliminarConozco de trenes y rieles, hija de maquinista como soy. Y se me llenó el pecho de una tristalgia difícil de compartir (anciana niña).
Gracias.
Qué cierre!
ResponderEliminarTodo el poema me encantó, pero el final, me llenó de ternura.
Un abrazo!!