PÁRAMO
Frágil el musgo y el liquen, y frágil la flor
-cada flor- y cada insecto que la flor abriga.
Frágil el silencio y frágil el agua
que cae numerosa en ágiles gotas de luz.
Frágiles los bordes delicados de la piedra
pulidos por el roce del tiempo,
y la luz y la niebla y las nubes lentas,
tan cerca del cielo.
Frágil el obscuro espejo de laguna y su suelo
de quietud, y el terso frailejón, y cada sociedad
de plantas amigas que florecen únicas
en colonias de pequeñas hojas brillantes.
Frágil el aire susurrante y su rumor,
y los altos rayos ardientes del sol.
Frágil el azufrado olor a infierno
y sus aguas y lodos de colores diversos.
Frágil el hielo y la lava fría y el peligroso viento
en las cumbres, blancas, lejanas, desiertas.
Y el cóndor y su vuelo
alto y solitario sobre las nieves perpetuas.
Frágiles descendemos el frágil páramo del amor.
a Luisa
© Carlos Satizábal
ResponderEliminarConvida a visitar los páramos de Colombia, que aún constituyen más de la mitad de los páramos del mundo muy a pesar de los graves daños a que están siendo expuestos y el peligro de su rápida extinción.¡Qué sensibilidad exquisita, poeta!
Walter Mondragón
Bella definición del amor.
ResponderEliminarla peligrosidad de la naturaleza reflejada en el amor. Muy bueno.
ResponderEliminarSaludos
Anahí Duzevich Bezoz
Me encantó.
ResponderEliminarAbrazo