MONJES NEGROS
Algo hay en la inhóspita bruma
algo acecha sin tregua
un jadeo
una daga
una mosca.
Un pirómano que enciende los libros
y en su agónica letra
disfruta el orgasmo de la destrucción.
Algo oscuro vomitó el pasado
algún muerto insepulto
la crueldad de intramuros que lastima a destajo.
Ya no alcanza la voz de una madre
narrando leyendas
de antiguos delirios.
La maldición perpetua
los dédalos de sangre vejando las magnolias.
Seres insospechados, multiformes,
nadan en la ventana
sobre un lodo que duele
hasta el último siglo.
© Olga Liliana Reinoso
" dédalos de sangre vejando las magnolias"perfecto. todo. susana zazzetti.
ResponderEliminarSí que duele! Hermoso!
ResponderEliminarBesosssss
Un pirómano que enciende los libros ....me gustó muchísimo este poema Olga...
ResponderEliminarLily Chavez
Fuerte, doloroso y actual. Gran poema
ResponderEliminarEste poema me hizo pensar en nuestro triste destino de argentinos. Muy bueno.
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