El perfecto dibujo de la piel amarrada,
a sí misma amarrada,
desplazando el aire con cada movimiento,
tiene un perfil de piedra,
de palote de niño dibujando.
Tiene un peso de piedra
y el oscuro entrecejo de la luz resbalada
porque la luz siempre resbala sobre las cosas
y no lo entiendo.
© María Ángeles Pérez López
bonitas imágenes, maría. ese palote de niño dibujando, me acompaña. susana zazzetti.
ResponderEliminarLuz y sombra, bello boceto de forma y movimiento.
ResponderEliminar"palote de niño dibujando" conmueve y el final es magnífico, no hay palabras que sobren ni intención que falte.
ResponderEliminarUn abrazo
Betty