–Yo
quise entrar en un libro
y ser
todas las vidas posibles –dije
como si
aún fuéramos partícipes
de un
mismo secreto.
–Luego
quise estallar
el
orden de las páginas
y
entrar al mundo.
–Entonces
me volví feral
y
coleccioné palabras
sin
sentido –agregué
en voz
aún más baja
pero en
otros términos,
por
miedo a que entendieras.
(Vos
reías como el recuerdo: los juegos
eran
juegos.)
Guardados
en la memoria
las
tapias que saltamos,
los
misterios del alfabeto:
pozos
que nos llevarían al otro lado.
Somos
los que se encuentran después de veinte años,
la
infancia en la mirada.
© Leticia
Hernando
"La infancia en la mirada"
ResponderEliminar!Bello!
Besossss
Muy bello, lo que se comparte con alguien y lo propio de uno guardado en estos versos. Abrazo, Inés.
ResponderEliminarme gustó mucho!
ResponderEliminarEs hermoso, recorrido fugaz por momentos vividos.
ResponderEliminarLeticia, la palabra poética y lo que produce con el otro, siempre. gracias.
ResponderEliminarahhh!! ese dominio de la felicidad que es el juego en la infancia, intacto en la memoria. Hermoso poema
ResponderEliminarMarta Ortiz