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3/8/16

Poema de Antonio Cristóbal Pourrere


COLORES Y RECUERDOS 

Madreselvas, anémonas,
         sauces y flor de ceibo.
Es la isla de siempre,
frío gélido y un horizonte
alzado, navegando en oleajes
tan cortos como el tiempo.
Sobre el piso,
despereza la escarcha matinal
que nos dejó goteando
          el sabor de la noche.
Se dora en un rebrillo
                 el sol de la mañana
mientras la niebla abre lentamente
                      las formas del paisaje.
Cuando la soledad del viento canta,
se alborotan sin grandes estridencias
las resecas gargantas de las aves,
y los buches trabajan de nodriza
sobre tanto polluelo arracimado que reclama.
Se enerva la mañana,
              deambula en el invierno
para alcanzar al día que progresa.
La vida, ataviada de luz
       ha comenzado a ser protagonista.


© Antonio Cristóbal  Pourrere

8 comentarios:

  1. Antonio, para mis sentires la lectura de este poema fue como recorrer un jardín, el máximo, el de la vida.
    Va un gran abrazo
    Betty

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  2. Belleza e poema. - Cuando la soledad del viento canta -
    Abrazos

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  3. Bellísmo poema Antonio , donde dejas ver la luz y fragancia matinal desde tu sentir que dan vida a las letras. Felicitaciones. Susana Roberts

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  4. Precioso amanecer entre sol y canto de viento, hermoso poema.

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  5. Muchas gracias Betty, es una forma de recrear mi pensamiento de lugares encantados de mi juventud

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  6. MARIA LUISA MARQUEZ14 de agosto de 2016, 11:20

    POEMA FLORECIDO CON LA IDA ATAVIADA DE LUZ, MARIA LUISA MARQUEZ

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  7. Muchas gracias a todas por sus conceptos, estimadas y brillantes poetas.

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  8. unos instantes de contemplación, buenas imagenes.

    saludos

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