Desentierro un tesoro pirata al amanecer,
desentierro tu recuerdo.
He aprendido a vivir sin él
y ahora lo contemplo sin saber qué hacer
a la luz cenicienta.
Durante años me moví en silencio,
me hice invisible para que nadie reparara en mí
y pudiera lograr que llegaras, dentro de un cesto,
izado de una cuerda hasta el balcón.
Desde el ventanuco del baño, subida al bidet,
pequeñita y creyente, te llamaba.
Si hubieras vivido,
hubiéramos disputado en los salones del rey,
hubiéramos disputado el futuro
y la humedad de los ojos de mamá
en los jardines con setos que nunca tuvo.
Hubiera trenzado mi vida a la tuya
en lugar de buscarte en cada hombre,
en cada diente en mitad de la noche.
Suspiro y te beso cuando beso a mi amante
y en esta historia de mapas y de palas
el incesto es la culpa que acuno: la felicidad
clavada en el vientre
sosteniendo la casa de mi dios.
© Paulina Vinderman
ResponderEliminarEspléndido poema que desarrollo un estupendo primer verso.Querida Paulina, un fuerte abrazo.
Isabel Llorca Bosco
Qué placer leerte Paulina!! El recuerdo!!
ResponderEliminarUn abrazo
Hermosísimo poema, impacta.
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