Éxodo de lluvia
Estanques, aljibes y fuentes
levantan al aire sus espadas.
La noche penetró en mí
como la soledad de este parque.
El viento suelto
se enreda en la silueta de mi sombra.
La lluvia dispersa sus granos luminosos
en el oficio antiguo de renacer
renaciendo en mi.
Me sumerjo en los charcos luminosos que ella forma
espejos donde saltan insaciables
las chispas, la crepitación de mi cuerpo.
Profetizo que el silencio se irá
tras el ruido incesante de los cristales
éxodo sobre los paraguas
que escapan asustados por los truenos.
Las fuentes elevan sus espadas perforando los paraguas
cuando el flash de los relámpagos
retrata la furia de los amores nocturnos bajo la lluvia
la mirada de un perro estrellada en la ventana.
© Osiris Mosquea
Gracias por este poema. Federico palpita en los recónditos de estos versos, y también su noche.
ResponderEliminarVivirá por siempre Federico. Aunque nos recuerde el espanto. Él es poesía.
ResponderEliminarUn abrazo
BELLO POEMA QUE RECORRE EL ALMA MARIA LUISA MARQUEZ
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