El último ladrido
Tiene todavía los dientes clavados en la espalda
se le duerme la soledad entre los brazos. Hacia adelante
deshilacha su pasado meciendo la muerte
en el destierro. Hasta su sombra se quita el antifaz
y toma otro camino. Jirones. Visten a los que pueblan
su vida. En cada rincón va dejando un poco de tristeza.
Ni siquiera una pequeña luz ha rescatado.
La mordedura lo desgarra.
Ahora sabe que es un hombre aunque ayer pensaba como dios.
Ahora sabe que tan sólo es la sombra más infiel de alguno
de sus perros. Ahora sabe.
Ya no usa máscaras sobre el rostro desollado. Ojos cómplices
aguardan el final con la espalda herida y el temple intacto.
Los dientes clavados en la espalda.
© María Marta Donnet
Durísimo y bello poema.
ResponderEliminarflora levi
Fuerte y gran poema!!
ResponderEliminarUn abrazo
El ultimo ladrido parece sacarse el antifaz ! Fuerte poema! Un abrazo, Dolores Pombo
ResponderEliminarUn poema con mucha fuerza y desgarramiento
ResponderEliminarDavid Sorbille dijo...
ResponderEliminarQuerida María: magnífico poema! Un abrazo