Probablemente
el sabor de lo ajeno
o de la intranscendencia
sean un defecto óptico:
un mar camuflando su mentira
en acuarelas de vidrio.
Un torpe concierto
de letanías y cigarras.
O esa invisible caricia
que se desmorona en los labios
como un antiguo oleaje
de miel y de sangre.
Probablemente
habitaré hasta el próximo
invierno en estos territorios.
Y esperaré a que la noche
envuelva mis huesos
en trenzas de luna.
Te esperaré
en la fábula verde
de los ritos interiores.
En los recios extramuros
donde se descalza el alba.
Y así, definitivamente,
acercarnos al calor de lo mundano
y al milagro
de todo lo desvelado.
© Jorge Moreno De Los Santos
- Esperaré a que la noche envuelva mis huesos en trenzas de luna -
ResponderEliminarGuauuuuuuuuuuuuuuuuuu
Bravo Jorge!!
UN abrazo
Lo ajeno, los ajenos y la indiferencia que tristemente, debemos aceptar provocan y el poeta rescatando y en espera. Me gustó mucho. marta comelli
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ResponderEliminarGraan poema,me encanta en su plan de cuestionarlo todo, a la par que va dejando su expectativa por lo que viene.
muy bueno
Walter Mondragón