A FÉLIX
COLUCCIO
a propósito de su obra
“ Los potros de la libertad”; al “amigo-luz”
Tus potros de libertad,
grande hombre niño de dulzura infinita,
cabalgan mis rías cotidianas
hacia la arena cósmica de la cruz.
Son potros de luz,
viajero indagador de historias de pueblo,
que avanzan puros sobre mis sures mesetarios
para perderse vigentes en las colinas del tiempo.
Y el tiempo de la tierra y el agua
viaja en el viento de remolinos viejos,
amaneciendo con todas las auroras
raíces de siglos como un canto nuevo.
© Cecilia Glanzmann
Es un hermoso poema
ResponderEliminarImágenes intensas, bello poema.
ResponderEliminarAbrazo
Betty Badaui
Gracias María Sonia y Betty por vuestros comentarios. Está dedicado a un entrañable e inolvidable amigo como fue el profesor FÉLIX COLUCCIO, de vastísima trayectoria. Una persona íntegra, llena de amor en su entrega al otro. Un ejemplo de vida.
ResponderEliminarY en particular, este poema tiene que ver con uno de sus libros: "Los potros de la libertad", aunque a la vez... a él en general.
Abrazos. Cecilia Glanzmann