EL Y YO
Éramos tan perfectamente inalterables
tan inevitablemente honestos uno a uno
tan humanamente inseparables
que era como si nos hubieran modelado con el mismo barro.
Éramos tan luminosamente estrictos
que amábamos los mismos gestos
los mismos iconos
y la absoluta perfección
de la tallada piedra.
Éramos tan paradójicamente exactos
que se gastaban nuestras lenguas al filo de las madrugadas
hablando de los mismos dioses y discursos
que si Copérnico, Fidel, la metafísica
y nos amábamos sin señas
sin santos o
blandones.
Éramos tan copiosamente imberbes
que gozábamos los mismos desatinos
y a la hora del encuentro
conocíamos el exacto
rincón de las caricias
y el punto G
de lo que eleva ante el gozo del éxtasis humano.
Sabíamos de todo contra todos
y discutíamos espalda contra espalda
como endemoniados disidentes
ubicando la postura necesaria para ganar las guerras
siempre juntos
siempre uno
siempre aliados codo a codo
en la cubierta del hogar y sus marismas.
Éramos tan cercanos y perfectos
que abreviamos un detalle…
amarnos
en las mismas diferencias.
© Siomara España Muñoz
Impacta, es como suspenderse entre la infalibilidad y la duda
ResponderEliminarQue delicia leerte
ResponderEliminarSiomara y que apasionado racanto de sentimientos y sensaciones una gema valiosa hecha poema gracias
Vic