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7/6/16

Poema de Eugenia Cabral


ENTONCES RESTREGABA CON JAZMINES 
de opulencia africana las siete lunas del cuerpo: 
no cabía en el guante de la abadesa. 
Fui capturada entre desfiladeros; 
nigromantes de piel vacía 
treparon por mi espalda, me hablaron al oído.
Y presencié danzas conmovedoras,
mareas de palabras,
imágenes crucificadas, caballos que murmuran...
asistí a ablaciones de clítoris,
comieron pezones servidos en magnolias,
vi una hamaca hecha con trenzas de todas las razas,
libros encuadernados con la piel de sus autores...

el tiempo ofreció transparencias de olvido.

No sé.
Ya no recuerdo cómo era ir
-entre albores fragantes-
a la orilla de los milagros.



© Eugenia Cabral

4 comentarios:

  1. tremendo mensaje tu poema, una obra de pie. susana zazzetti.

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  2. Otras vidas y siempre la poesia. Un placer leerte Eugenia.

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  3. BELLÍSIMO EN SU TENSIÓN DEL LENGUAJE Y LA IMAGEN... PAOLANTONIO

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  4. Querida Eugenia, me gustan esos libros tan bien encuadernados y todo el poema!!
    Un abrazo.

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