Había como la promesa
De la brevedad del día de que el sol
No haría su curva acostumbrada completa
La fuente de la plaza mostraba
Cómo aire y agua bailaban bajo un arco íris
Unos chicos se gritaban y reían en una lengua sólo niña
Dos personas ya no jóvenes cruzaban
La plaza el tiempo el sol la diagonal del poema y no
quedaban
Ni un segundo ni un mínimo átomo de tiempo
Aferrados a nada
Había como la inexorable
Promesa de la brevedad y fracaso del esplendor el brillo
El calor de las manos la calidez de las palabras que
ahuecadas
Daban en uno lugar al otro, en el otro, lugar al primero
Como la imposible necesidad de prometerse
Siquiera la brevedad el fracaso el roce las voces
La existencia
© Carlos Alberto Roldán
hermoso cuadro donde la finitud y el acercamiento juegan su rol. susana zazzetti.
ResponderEliminarPienso:
ResponderEliminarEntre incertidumbre y certeza, la duda; la necesaria decisión no alcanza a ser promesa.
Un gran poema.
Buen poema, donde la duda toma un lugar preponderante,
ResponderEliminarUn abrazo Ana Romano
ESpléndido texto, amigo, "con todo lo que debe tener" un poema. Abrazo.
ResponderEliminarClaudio Simiz