Una
sola nube puede oscurecer todo el
verano:
el mar
se queda ahí frente a nosotros
parado
atónito
las
olas ruedan sobre la playa como lágrimas falsas
y cada
grano de arena empalidece.
¡Oh
cosas adorables hace un instante
cosas
claras transparentes orgullosas!
Y ahora la desazón
la oigo
subir de puntillas.
Basta.
Nadie
va a llorar aquí.
© Paulina
Juszko
Es un texto muy especial, sugestivo e implacable a la vez. Felicitaciones.
ResponderEliminarClaudio Simiz
Perdón, pero yo sí lloro, cada vez que recuerdo el mar, porque con él lo viví, la playa que compartí. Lloro cada vez que recuerdo unas olas llenas de sal y yodo en mis pies, en mis caminatas de a dos... Y hoy, ya no.... perdón... Gracias por el recuerdo que despertó tu poema. Isabel Krisch
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ResponderEliminarNadie va a llorar aquí, me gusta la contundencia del final.
Lily Chavez
MARAVILLOSO POEMA, un final para el aplauso luego de la maravillosa descripción inicial. Felicitaciones. Marta Comelli
ResponderEliminarPoema decidido. Seguro que expresa en voz alta lo sentido.
ResponderEliminarbesos