Amo la lluvia
Amé la lluvia
sobre el tejado.
Amaré la lluvia
monótona e insistente
me mojare en sus aguas.
Desesperada incertidumbre
no dejas de caer.
Te vas colando entre las hendijas
emparentándote
con la pobreza.
Lluvia de mierda!
Por qué no paras?
Lloras?
De qué te quejas?
Dales tiempo,
el río crece amenazante
y las calles enlodadas saben a mugre.
La ropa exhala su humedad de días...
en la habitación una niña mece entre sus delgadas manos
una muñeca de trapo y no para de toser...
y no para de llover...
lluvia maldita
los obligas al exilio y la pena
por lo perdido, lo que se abandona sin
desearlo
se instala en una profunda nostalgia, en
incertidumbres
en desazòn.
Lluvia aun te respiro
en los dias jubilosos del amor
donde dos locos corríamos sobre calles solitarias
y nos dejábamos mojar por vos.
Hoy te observo caer sobre mi ciudad
detrás del cristal empañado de mi ventana
como cuando era un niño, enjugarte con el
puño de mi remera gris.
Cuando llovías remansos
cuando llovías música
y el croar de las ranas anunciaban tu canto.
© Laura Elena Bermúdez Tesolín
¡ cuánta impotencia, más allá de la belleza de verla un ratito detrás de la ventana! es real, crudo, desesperante tu poema. me encantó leerte. susana zazzetti
ResponderEliminarEs verdad, es encantadora la lluvia cuando cae suave, pero cuando nos golpea el alma con sus consecuencias....oh !!! es terrible!!
ResponderEliminarMuy bueno Laura y muy actual.
Beso enorme amiga.
Alicia Borgogno
Muy bueno los cambios de ánimo que has plasmado ante la lluvia, un saludo de
ResponderEliminarSilvia Loustau