podríamos caramelear los lamentos
sentarla a sillar con mates la señora
soledad para que se solee y se saque sus
ganas de lloriqear hasta soltarse del piolín
del barrilete sin cojinillo domarla a pelo que sude
hasta la crin desechar los harapos de piel
tan pequeños los zapatitos manchados
con sangre azul oxidado rojo rojamente ciclón
que dolorea y dolorea y marchita tanto fuego
brasa que calcina la piedra y el repollo abrazado
capa a capa beso a beso cuharita de dos
arrepollados cucharemos cucharemos
lamentos podríamos caramelear.
© Mónica Angelino
Bello y Oliverio tu poema, como para cucharearlo y cucharearlo. Me encantan algunos fragmentos y neologismos llenos de humor y talento de poeta. Un beso grande. Adriana Maggio
ResponderEliminarmucho arte, mucho dercir mónica y gran oportunidad para honda reflexión. buenísimo. susana zazzetti.
ResponderEliminarMe encanto el juego de las palabras, poeta. Un abrazo,
ResponderEliminarSilvia Loustau
Qué poema tierno y original, como un juego infantil y sabio a la vez.
ResponderEliminarClaudio Simiz
No puedo dejar de leer este poema Mónica. Suena como la mejor orquesta de cámara, y al mismo tiempo nos evoca en franca humanidad. Gracias querida poeta!
ResponderEliminarTalento y mucho humor para esconder, escapar? A dolores persistentes, malévolos. Fuerza Mónica querida, queda mucho por cucharear. Mi abrazo sincero. Vic
ResponderEliminarMuy original!! Todo un mundo creado y reinventado a través de los verbos. Abrazo
ResponderEliminarPodríamos caramelear. Beso grande para vos, Mónica.
ResponderEliminarjm
David Sorbille dijo...
ResponderEliminarQuerida Mónica: mágico poema pleno de originalidad. Un abrazo