Atardece
Se rompe el aire
Con mi grito
Aparezco en el suelo sin aire.
Soy espectadora de mi muerte
Rodeada de fantasmas.
Me clavan
Sus ojos de vidrio
Murmura.
Me invaden sensaciones
Ahogo.
Terror,
Abandono,
desolación,
indiferencia
pesadilla.
Reacciono
En un limbo
Perdida
En mi soledad
Siento aguijones de serpientes.
Clamo ayuda!!!
Y mis palabras rebotan
En las paredes
de calles inermes.
La indiferencia
me deja sin aire y sin voz.
Soporto tendones y huesos rotos
Lo que no soporto
Son las heridas que
desgarran el alma:
La indiferencia de los que
Yo creía que eran mis amigos.
Sus palabras ladran hipocresía
Son estocadas al alma y sangran.
El asfalto testigo
De mi llanto
Susurra: levántate ilusa!!
Cómo puedes creer en amigos
que vendrán en tu ayuda.
Si te ven desfallecer
Limpiarán el polvo que dejaste
con palabras rebuscadas
Y llevaran sus caretas de payasos.
Y acuérdate: tú eres la culpable
Y seguirán su baile.
© Xenia Mora Rucabado
Siempre uno es culpable de sus despojos,
ResponderEliminarme agrado la fuerza de los versos
Creer o no creer. Un dilema de siempre planteado en tu poema. Versos que duelen, al que escribe y al que lee. La fe mueve montañas Xenia, y tus palabras haran que te re encuentres. Abrazo y muy buen poema. Antonio Pourrere
ResponderEliminarQueridos poetas Humberto y Antonio: muchas gracias por sus acertados comentarios.
ResponderEliminarUn gran abrazo.
Xenia
es un grito poema, duro, desgarrador y demasiado realista, pero no te preocupes, hay amigos honestos y que siempre están y quizás no los veas, pero están, los demás son el circo cotidiano al que nos aferramos... me encanto tu poema grito!!! gracias por compartirlo, francisco
ResponderEliminarMuchas gracias amigo poeta francisco!!
ResponderEliminarAbrazo!
Xenia