Un bello matrimonio
Una de las cosas buenas del matrimonio,
es que uno no tiene que hablar (tampoco
tiene que mirar)
Lo ideal es usar una venda blanca
que cubra correctamente los ojos,
de manera tal que no deje pasar ningún
resquicio de luz.
El se levanta y no te mira.
Ella está serena, el pelo revuelto y un
camisón raído, invisible, pensando en el día que le espera.
(tampoco ella lo mira)
Pero sabe que él está allí. Está. Lo
cual es importante. Llueva o truene, está. Si aparece un murciélago,
un ladrón o el cobrador de impuestos:
está.
La vida se va poniendo difícil,
es bueno recordarlo.
Estamos el uno para el otro,
lo cual es reconfortante y práctico.
A veces, algo te recuerda al poema de
Prevért
que tanto te impresionaba de chica.
(¿aún soy chica, mamá?)
Él no sabe si te pusiste una blusa verde o
amarilla.
(el hombre de barba, sí)
El hombre de barba y muchos dientes,
sabe que tu blusa es amarilla
y te quiere lamer la piel que está debajo
de la blusa amarilla.
Ese hombre, sabe que en vos hay un cuerpo
y un corazón adentro del cuerpo. Y un
alma.
Amarilla, también.
El marido, no. El marido está.
Un buen marido no espera que termines de
hablar.
(cree que fue un ruido de la heladera)
Al terminar la cena, la mujer piensa en
encender la tele.
Luego, a veces, se pone la venda y se
visitan, se tocan.
Otras veces ella le pide que llame al
plomero,
lo acompaña al cardiólogo.
Él le pone filtro solar en la espalda
y ella le recuerda que hay que renovar el
pasaporte.
Es un buen marido.
Ella compra tomate perita porque al buen
marido
no le gustan los tomates redondos
y le pone poca sal a la comida.
Es una buena mujer. Lo lindo
es que siempre duermen juntos. Juntos,
miran por la ventana, qué hermoso día,
¡qué sol!
disfrutan viendo florecer el jacarandá,
viendo florecer a los niños. (con asombro
y horror)
Dormimos juntos, nos levantamos juntos,
vamos al cine juntos, desayunamos juntos
y soñamos por separado.
Es lindo ir a las fiestas de fin de año,
juntos, y a la playa y al cine.
En pareja nos sentamos en el restaurante y
pedimos pollo, porque nos gusta el pollo
y hablamos en plural.
La habitación de nuestra casa tiene
cama doble y ventana a la calle.
El carga la valija más pesada.
Yo acomodo la ropa en su Placard.
Sabemos que el otro está, siempre,
para no mirarnos, para no escuchar,
para no saber.
Pero es lindo estar juntos,
uno al lado del otro. Muy juntos,
así, hasta la muerte.
© Silvia Arazi
Bienvenida Silvia a este sitio que pretende difundir a poetas contemporáneos, mes a mes serás publicada, abz Gus.
ResponderEliminarMaravilloso tu poema. Una película conocida. me encantó.
ResponderEliminarBienvenida!!
Un abrazo
Muy crudo, sin artilugios que le resten efectividad... Me gustó mucho, felicitaciones y bienvenida a este bello sitio de poesía!!
ResponderEliminarMaravilloso poema..cala hueso. Para leerlo más de una vez.
ResponderEliminarBrillante poema. Cala hueso. Para leerlo más de una vez
ResponderEliminarQué descripción de una realidad tan íntima, abrumadora y persistente Silvia. Es muy fuerte este poema, es de los que dejan pensando... Cariños. MARÍA CRISTINA DI LERNIA
ResponderEliminarpoema tremendo, de una lucidez que apabulla. Muy visual, no da respiro, lucidez sin cencesiones, poesía de lo cotidiano. gracias a ambos
ResponderEliminar¡Hermoso poema y sutil final!
ResponderEliminarContundentes poema e imagen.
ResponderEliminarBienvenida a esta casa de poesía!!!
Tere Vaccaro.
¡¡qué decirte, silvia, además de bienvenida!! este poema abre en partes una realidad que vivimos también en partes. toda mi admiración por tu objetivismo.susana zazzetti.
ResponderEliminarmuy juntos así hasta la muerte!! ufff me salí justo de tu poema!! Gracias Gustavo y Silvia!!!
ResponderEliminarLa radiografía de un "buen" matrimonio: ninguno es culpable, son cómplices ante la vida que no...beso yabrazo, Inés Legarreta.
ResponderEliminarTremendo poema, lograste el efecto esperado en un poema: un verdadero "cross" en la mandíbula. Gracias.
ResponderEliminarBienvenida Silvia a la página de Gus, Buenisimo tu piema. Dolores Pombo
ResponderEliminarExtraordinaria radiografia poética de un matrimonio,
ResponderEliminarSilvia Loustau
Silvia, eso es lo que queda cuando el amor se va: rutina y formalidad. ¡Excelente tu pintura de una realidad bastante generalizada!
ResponderEliminarFelicitaciones y un beso grande de bienvenida
María Rosa León
POEMA QUE SORPRENDE!!! TE SALUDA MARIA LUISA MARQUEZ
ResponderEliminarLa rutina en la pareja, la seguridad de a dos, hacer como hecho mecánico, y luego el cambio, en el poema, empleando el nosotros. Un giro de pertenencia que acentúa el mensaje poético. Muy bueno.
ResponderEliminarAbrazo
Elisabet
Brillante poema, querida Silvia, que combina lirismo con narrativa. Te felicito. Un gran cariño.
ResponderEliminarMariano Shifman
Muy bueno, Silvia. Felicitaciones y bienvenida a la casa de los poetas. Un abrazo
ResponderEliminarBienvenida Silvia, un gusto saludarte y leerte.
ResponderEliminarBetty