Nadie te conoce
no saben cómo
dispones la risa, moderas el hambre,
controlas el celo,
la voracidad de la carne
desconocen con exactitud cuándo
clavarías la lanza,
si serías el primero o el último en beber del vaso
enemigo
lo inesperado es un mundo de ciegos mirando el mar
esta habitación, la ropa sucia, tu dolor de espalda
que rujas como un niño maldito
no sugieren nada
sobre el corazón más tierno
sobre el bonsai más soleado
se esparce el musgo
florece la catástrofe.
© Laura García Del Castaño
la fuerza de tu fuerza poética en impecable estilo. saludito, laura. susana zazzetti.
ResponderEliminarFlorece la catastrofe...inmemorial.
ResponderEliminarLaura! no hay palabra que uses o dejes de usar que se resista a tu fuerza creadora, al efecto que lográs en cada poema.
ResponderEliminarAbrazos
claudia tejeda
me parece particularmente eficaz la imagen del bonsai soleado. El bonsai alude a la naturaleza reprimida, férrea y artificialmente ordenada pero disfrazada de orden aceptado, con solcito, sin embargo el musgo, sin embargo la flor será catástrofe.
ResponderEliminarMuy bueno me parece este final. Te felicito.
me encantó. me gusta muchoesta poeta. PAOLANTONIO
ResponderEliminarQué bueno. El desconocimiento ontológico como premisa. Abrazo, Inés Legarreta
ResponderEliminarEn lugar de Ave César: Ave Laura de la poesía
ResponderEliminarLa esencia del mal o el demonio presente en la catástrofe sobre el desarrollo del mundo.
ResponderEliminarEs lo que interpreté.
Saludos
Anahí Duzevich Bezoz
cuándo cómo por qué desde quién desde dónde sobreviene la catástrofe? nadie, nada se salva de la invasión del musgo, ni el bonsai más soleado. Bello, gracias por este poema, Marta Ortiz
ResponderEliminarConmovedor y bello poema Laurita
ResponderEliminarHermosa orquídea
Leonor