Silencio de las sillas y las mesas
Hay tanto silencio de
puerta que se abre para adentro
de silla
de mesa vulnerada por un desorden
que grita
hay frazadas retorcidas como sogas
una cama orientada hacia el norte
y una ferocidad que circula
por las
capas subterráneas
Pero las sillas y las mesas
son frágiles
y la indiferencia de
las puertas
las vuelve
irreconocibles
Ni siquiera el dolor permanece
No queda nadie
Ni las maderas
Ni los
bordes.
© Clelia Bercovich
Clelia ,muy precisa la descripci{on po{etica de este sentimiento desvastador,de esta nada sentida con furia ,sale este bello testimonio,un abrazo.Marizel Estonllo
ResponderEliminarNi nada, solo el silencio, estremecedor poema.
ResponderEliminarAbrazos
Elisabet
Querida Clelia, este es un gran poema. El silencio, por momentos es el cómplice de la nada. Abrazo inmenso para vos. Te quiero mucho. Gastón Sequeira.
ResponderEliminarLo que queda arrasado, tal vez para volver a reconstruir desde otro lugar. Todo es muy efímero
ResponderEliminarpero hay otra solidez que surge desde adentro.
Las ruinas también son una promesa de futuro nuevo.
Besos Maju
ResponderEliminarEste poema me pegó en el alma. Muy fuerte.
Tremendo y real.
Un abrazo.
Alicia Márquez
hermoso poema "Ni los bordes"
ResponderEliminarbello!!!
flora levi
Bellísimo y fuerte poema!
ResponderEliminarVa mi aplauso!
Y hablando de sillas te acerco mi poema.
DESTINO
Cada silla de mi casa espera,
una nube, un trueno, la lluvia.
Imagina barro en los adoquines,
algún mendigo durmiendo
en un umbral cualquiera bajo la cruz del sur.
Las sillas de mi casa
juegan a las cartas para pasar la tarde,
devanan lana para hacer el tejido
mientras se cuentan viejos secretos familiares.
Cada silla de mi casa
tiene deseos guardados:
encontrar la llave del tesoro,
la moneda en la fuente,
la sal de la vida.
Un eslabón que la enlace al destino.
Teresa Vaccaro.
un cuadro perfecto de la devastación. muy intenso tu poema. susana zazzeti.
ResponderEliminarClelia, que buen poema!
ResponderEliminarExcelente! me encantò el remate
ResponderEliminarla desolación de los objetos, de los lugares sin alma. Abrazo Inés Legarreta
ResponderEliminarHermoso poema, esa alternancia de ferocidad y de piedad en cada vuelta de tuerca, apretando el alma. Muy intenso. Raquel Jaduszliwer
ResponderEliminar"silencio de puerta que se abre para adentro"
ResponderEliminarun gusto leerte Clelia
gracias por compartir
norma starke