Por decir la tarde y que con ello
se dijera por ejemplo ese perro que en el parque
expone pleno de gozo su vientre al sol al cielo
y retuerce sus vértebras sobre la gramilla que huele
y crece acaso atento
a vientos lejanos lluvias lejanas y truenos
que estallan e instalan su pavor
Por decir la tarde
y también se dijera en ello
las enloquecidas palomas con sus arcos
en rito antiguo y lúdico intentando
romper el cielo que el corazón se rompa
pero nunca la rutina cuelgue su gris
insoportable
y se dijera también
con esa extraña sonoracion que vibra
y uno piensa luego en la palabra tarde
esta mujer que habla conmigo
ríe conmigo cuenta sus cosas
hace silencios mohínes
y pide -por inventar la tarde-
un mate y repiensa
ciertos oscuros sucesos aún sin riesgo
en que también ponemos la palabra tarde
y la luz se ha ido
con ellos dos quedan palabras
la sala que da al parte y al estacionamiento
que da ambos y al perro que se va
y a las palomas que en lugar remoto
guardan este secreto oficio
de la tarde
© Carlos Alberto Roldán
La tarde y las palabras que se propagan por el parque, como el perro que corre sin pensar en su efímera existencia.
ResponderEliminarMuy buen poema. Saludos
Romina R Silva
ResponderEliminarMe encantó ese tono casual del poema como si no estuviera tejiendo maravillas, su cadencia de oleaje y la brillantez de la imágenes.
Muy bien
Felicitaciones
Walter Mondragón