Breve ternura
A mi madre
A veces la recuerdo entre el
patio y la mesa
amasando el domingo
como un pan en la huella.
Con sus ojos vencidos,
el reclamo, la duda,
camino al mercado.
Con pasos serenos
iba por calles y
abrigos que añoro
Refugiaba la angustia
mi rebeldía, el canto,
la pasión , la furia ,
el poema y el viento.
Presumía de mí ,
Aquello que yo, no quería ,
sin augurar el destino
donde pasan los puentes
con sus aguas
inquietas.
La forjó el dolor,
la ausencia.
Perdida entre sombras
el llanto escondido
el rincón de la abuela.
Eran fuertes sus cabellos y
su temple.
Pudorosa.
Respaldó mi futuro,
aventuras, amigos,
madrugadas de vino.
la novia primera,
el sol del otoño
abrazando sus hijos
con las hojas abiertas.
Retomó la sonrisa desveladas de tiempo,
plenas de orquídeas, de bruma ,
de fuego.
Se fue lentamente amando la vida.
Sin darse cuenta, tal vez
Se llevaba mi infancia,
el ardor de aquel joven,
el adulto, otros
vivencias.
Ahora comprendo aquella caricia,
el echarpe en la escuela ,
que sus retos de
luz eran breves ternuras,
Hoy.
Abrí la ventana
Un ruido de coches alteraba mi sueño,
la lluvia caía, era invierno en mi cuerpo
Aunque ya no me escuche,
le diría te quiero
Madre .¡¡¡
No fue simple el camino,
Construir el amor,
la alegría
Lo hemos logrado
esta noche , entre
foto y jazmines
Escucho tu voz ,
lejana ,
Presente
© Norberto Barleand
Hermosa evocación, Norberto, con tu decir pausado y sereno.
ResponderEliminarUn cariño grandote
Inmensa ternura y grandes verdades. "que sus retos de luz eran breves ternuras"
ResponderEliminarque lindo homenaje Norberto !! un fuerte abrazo.Marizel
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