Verano porteño
Inmersa en el sopor de un lunes iniciático
prendo una vela a mi intemperie,
temblor de goces apagados
que arrastra un aire extraño.
El verano perturba con su silencio
de pájaros dormidos.
Me deslizo entre seres fantásticos,
desando amores y presagios
en cornisas de adolescencia retraída.
Camino entre pétalos secos
de jazmines difuntos
y me refugio en paraísos prestados
mientras el sol vierte su chorro hirviente
sobre las veredas de la ciudad vacía.
© Beatriz Minichillo
que buen poema Beatriz ,me encantan los tres ultimos versos ,sitúan sin duda el clima del poema,un abrazo Marizel
ResponderEliminarMuchas gracias Marizel. Un gran cariño
ResponderEliminarQuerida Betti, hermoso y melancólico este poema que arrastra la tristeza que sólo los poetas pueden vislumbrar en la soledad de una ciudad. Besos! Amalia M. Abaria
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