la muerte no ha de decir
lo que queda pendiente
de ese hilo
de carne
como si el mar rodara un caracol
hasta el centro mismísimo del alma
y perdurara ahí
(imagen o aguijón latiendo)
la incógnita final
su música
© Ana Guillot
bonito poema, ana, intensísimo.llega " hasta el centro mismísimo del alma". susana zazzetti.
ResponderEliminary desde allí,desde el centro mismo del alma- remonta -barrilete ilusionado-hasta ser en cada estrella una ilusión...MUY BUENO ANA!!!
ResponderEliminarGracias por sus palabras! Ana Guillot
ResponderEliminarbellísimo Ana.
ResponderEliminarGracias por este rodar que nos incluye
"imagen o aguijón latiendo..."
ResponderEliminarmuy bueno!
gracias
norma starke
Sí, justamente la muerte perdura porque no dice. Ese es su aguijón, su forma de latir eternamente en una pregunta sin respuesta. Una música, casi el eco de una música...
ResponderEliminarInteresante la imagen del mar rodando un caracol hacia el centro mismísimo del alma. Un caracol que se tiende a suponer-tampoco el poema lo dice- vacío, lo que significa portador de un eco. ¿El eco de lo que fue?
"como si el mar rodara un caracol" .Bello!!
ResponderEliminarflora Levi
Tan breve y tan intenso...
ResponderEliminarBellísimo.
Abrazo.
Cynthia Rascovsky.
...la muerte no ha de decir...Bello Ana gracias por tu poema
ResponderEliminarDavid Sorbille dijo...
ResponderEliminarExcelente poema, Ana! Un abrazo