Registro
ella
acodada en su voluptuosidad
contempla soberana
donde empieza la
ausencia de los otros
él
miserable
replegando su piel
frenético
(hay un intercambio
obstinado
dentro
de su
melodía escatológica)
otro se incorpora nítido
hilvana su voz
la descuelga en un gesto repentino
y se lanza al vacío
hay quien usurpa la orilla
desciende de sus hilos
para internarse tardío bajo un cielo fatuo
yo me oculto (entera opacidad)
limito el espacio
me desplazo cómplice del otro de la otra de él ella hasta
reconocernos como civilización prescrita
ellos se han sentado allí
sin inmutarse ante cualquier forma de espanto
a veces asoma una memoria
que merodea la identidad
hasta dispersarse
© Vilma Sastre
Me gusta la potencia de este poema.
ResponderEliminarPavada de registro, por favor!!! Casi puedo VER a cada unx! Y así, "reconocernos como civilización prescrita".
ResponderEliminarEse final, que deja un sabor denso de tristeza...
Descripción de lujo. Impecable.
ResponderEliminarFelicitaciones por tu poesía.
Abrazo
Anónimo.
ResponderEliminarGracias Nerina Thomas, María Silvia, Gloria Oscares, vuestra crítica me estimula, como a todo poeta, a seguir en este camino bello y profundo.
Vilma Sastre