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26/1/16

Poema de María Teresa Andruetto

            


cuando el sol se acostaba
en el río, volví por las calles
                              de arena
hacia el terraplén


hilos de las islas,
aire...


                             una yegua
y su cría, un hombre de pesca,
una lancha

                      mientras volvía
                                    a casa


como si no hubiese nadie.



 © María Teresa Andruetto

7 comentarios:

  1. Viví ese paisaje sereno del atardecer .
    Muy bello. Un abrazo
    Graciela Barbero

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  2. me gusta mucho el poema. ese final lo llena a uno de desiertos... gracias por compartirlo, francisco

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  3. Muy bueno, uno camina por ese paisaje, sin darse cuenta, "como si no hubiera nadie" Genial
    Ignacio

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  4. En el día de tu cumple Tere, un placer leerte. Me encantó el final e imaginé toda la postal. Un besos, te quiere

    la chavez.

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  5. Milagros Rodríguez27 de enero de 2016, 21:01

    Un paisaje cotidiano y sereno como tu poesía Feliz Cumple atrasado !!!!

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  6. Hermosa descripción del paisaje, y las actividades del hombre. Me gustó mucho. Abrazos.

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  7. me parece que la eficacia del texto reside en su ambigüedad: ¿dónde no hay nadie? Porque se vuelve por las calles de arena, se dice al principio, se vuelve a casa, se dice al final...¿Es que cuando se vuelve indefectiblemente no hay nadie? o es "¿como si no hubiese nadie"? Entonces ¿el paisaje es solo un sueño? ¿Somos solo islas aisladas? pero hay hilos, aire ¡qué maravilla! a cada afirmación, un borramiento, una duda. Todo se pierde como en la arena. Lo que creíamos que estaba allí puede ser que sea un juego de la luz del sol que se acostaba en el río. Felicitaciones, María Teresa. Es excelente.

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